CARACTER



A veces cuando se habla de una raza, nos centramos en su morfología, en su estética. En un perro pastor, lo principal sin embargo es su funcionalidad y su carácter, aspectos básicos  por los que ha sido seleccionado (ningún pastor se queda un perro por muy bonito que sea, si no vale para el trabajo), por eso nos extenderemos bastante en este apartado y veremos el potencial de este perro al respecto:

 



Hay que pensar que un perro es reflejo del grupo humano que lo ha seleccionado. El oficio de pastor, pese a que en la literatura se le rodee de un halo bucólico, es duro y muy esclavo, las ovejas tienen que comer y salir a pastar todos los días siempre que se pueda (pues si no hay que alimentarlas con cereales y piensos que encarecen mucho la actividad), haga sol o frío, y son muchas horas de caminatas en soledad, viviendo de manera espartana. Igual que el pastor, el carea se vuelve fibroso, austero y sencillo en el comer (comen solo lo que necesitan), económico en sus gestos y trotes, en los que siempre trata de ahorrar energía, pues son muchas horas de duro trabajo en un clima severo.

CUCO, CAREA DE SILES (JAÉN) A LA CARRERA, CONTROLANDO EL GANADO



En general los perros pastores pasan igualmente muchas horas solos con su amo guardando el ganado, por esto la mayoría de las razas tienen un carácter reservado y una actitud de desconfianza lógica ante los extraños, y el carea en este aspecto se comporta igual. En mi opinion es algo tremendamente ridiculo ver en los rings de las exposiciones caninas, como a perros de pastor como el de Agua se les valora negativamente su carácter si se muestran huraños, o positivamente  por su actitud más o menos simpática o interesada ante un juez que bota una pelotita con la mano.. aparte de que deducir de esa simple prueba el caracter general de un perro es un ejercicio absurdo. Todo buen perro pastor, inteligente, es por pura lógica algo reservado ante extraños y guardará siempre una distancia prudente. 



Sin embargo, a diferencia otras razas donde a veces esta desconfianza deriva en cierta hostilidad, el Carea Castellano no suele mostrar agresividad alguna, y si se le presiona tiende a hacerse huidizo, de hecho en nuestros encuentros con ellos por pueblos y cortijos nunca recuerdo haber recibido un gesto hostil de ninguno. Sin embargo, una vez que el dueño habla contigo, se rompe totalmente esa distancia inicial, que se torna rápidamente en simpatía y roce (algunos pastores dicen que si te echa las dos patas encima “ya es tu amigo”), en este sentido podríamos decir que se parece mucho al Perro de Agua, y sin llegar al extremo festivo y juguetón de éste (bromeando, digamos el caracter de la Andalucía-sur frente a la mayor sobriedad castellana), es también un perro que en sus ratos libres gusta de vagabundear por las calles y ser amigo de todo el mundo. Admás y por seguir la comparación con el de Agua, si este es un perro muy dado a saltos y cabriolas, y gusta de ladrar y hacer ruido mientras trabaja, el carea es más lineal y silencioso, más "seriote" para el trabajo.

MIRANDO A LA CARA DEL PASTOR, ESPERANDO ORDENES



Es fascinante observar a los pastores en su mundo duro y de necesidad, y como marca sus relaciones con los perros. Para un pastor, un perro es una herramienta de trabajo fundamental y totalmente necesaria; pensemos que aquí al lado, en Marruecos, donde no se ha especializado a perros para pastoreo, suelen ir 3 o 4 personas con rebaños de ovejas mucho menores que los nuestros, donde un solo pastor con 1 o 2 careas y algun perro de guarda (normalmente uno o dos mastines “ligeros”, más fibrosos y andados, por distinguirlos de los gruesos mastines que no salen de los cortijos), controla 200 o 300 ovejas (hemos visto algun rebaño de 800 o 1000 cabezas, guiado por un par de careas) o incluso cabras (ganado mas difícil aún), teniendo que evitar la entrada en sembrados, el rumiar otros cultivos etc, en definitiva un trabajo intenso y fino a la vez donde el perro es pieza clave, teniendo que ser firme y equilibrado al tiempo. Si un perro no da la talla con su autoridad, o por el contrario tiene una mordida demasiado fuerte, o es agresivo asustando y estresando al ganado, si no obedece correctamente o simplemente le teme al calor, la vegetación etc., el pastor no dudará en sustituirlo por otro, y por eso los pastores suelen tener siempre varios perros en prueba, que son enseñados por los adultos, y a los que van poniendo a punto o desechando. 

Enseñando a un nuevo cachorro. Se suele hace a partir de los 5 o 6 meses.

 

El Carea Castellano, pese a su gran instinto, no es un perro de impulsos o que tome decisiones por cuenta propia ajeno a las órdenes, como ocurre con otras razas donde esa independencia acaba originando problemas de obediencia, por el contrario al tener un caracter tan equilibrado y sosegado, responde con prontitud a las órdenes y las ejecuta con inteligencia, pero midiendo los tiempos, sabiendo justo donde hay que ir y cuando pero siempre bajo el plan que ha mandado el pastor, a este respecto la palabra que mejor lo define es su gran EQUILIBRIO. Por otro lado, cada ganado suele requerir distintas dosis de presión y de firmeza, por eso hay razas de perros que se adaptan mejor a unas que a otras (los perros de boca "blanda", que muerden flojo, son más indicados para ovejas, mientras que las cabras, más dificiles, suelen requerir perros psicologicamente más fuertes y con mordida más "dura"), en nuestro caso ese equilibrio, firmeza y POLIVALENCIA que tiene el castellano lo convierte en un verdadero 4x4 del pastoreo, adaptandose sin problemas a los requerimientos de los distintos ganados, incluso en muchos rebaños donde se mezclan distintas especies y variedades de ovejas y cabras. 



Hay que destacar también su capacidad para trabajar en equipo, algo que no todas las razas poseen. Muchos pastores suelen tener 3 o 4 perros, e incluso hasta 6 o 7, que van rotando por días, zonas o necesidades. Con un carea o dos se manejan perfectamente 200, 300 y hasta 500 o 600 ovejas y cabras, y para estos volúmenes mayor nº de perros suele traer problemas de descoordinación, competencia entre perros o despistes, ya que todos los animales quieren trabajar al tiempo y se "pisan" el trabajo entre ellos, sobre todo si no estan acostumbrados a ir juntos, aunque si están sincronizados se repartiran el trabajo con gran eficacia. Sin embargo, cuando la tarea es llevar más de 800 o 1000 animales, o vacadas grandes, por ejemplo en movimientos trashumantes de muchos kilometros, se suele llevar un equipo de 3-4 o más, que suelen ser perros muy hermanados y sincronizados, ya que estos volúmenes requieren de mucha coordinación, y es un espectáculo ver como los perros se coordinan y reparten el trabajo de forma autónoma entre ellos, casi sin mediar ordenes los pastores, un contexto donde debe salir el instinto de caza grupal de sus antepasados de las estepas.



Hay que decir que por muchas cualidades e instinto que pueda tener el mejor de los careas, es fundamental la tarea de enseñanza que realiza el pastor; podemos afirmar que detrás de un gran carea hay un gran pastor, que va moldeando a su gusto y necesidades el diamante en bruto que es un perro con potencial. Explicar este proceso de aprendizaje podría ocuparnos un capitulo por si mismo, y si bien "cada maestrillo tiene su librillo", hay una serie de constantes que suelen repetirse, fruto de una tradición ganadera que se hereda normalmente de padres a hijos o se aprende de compañeros. El aprendizaje de los cachorros se realiza normalmente a partir de los 5 o 6 meses, pues antes tienen poco aguante y se desconcentran facilmente. Se suele hacer llevando al cachorro con algun adulto, del que por imitación va aprendiendo las ordenes, gestos y costumbres del pastor (tambien a veces se enseña a un cachorro solo, pero es más dificil): ir hacia algun lateral, empujar al ganado hacia a un sitio, subir o bajar por desniveles, detenerse, tumbarse, ir a los pies del pastor..  todo ello acompañado de silbidos, sonidos y gestos con los brazos o el bastón, ya al gusto y costumbres particulares de cada pastor. Al principio el nuevo perro, en su brio juvenil, suele querer ir por delante del adulto, dando muchos pasos en falso, y le cuesta frenarse, sentarse o tumbarse.. con el tiempo irá cogiendo ese equilibrio de acciones y la mesura de los que hacen gala los adultos.

Lola, perra canela de medio rabo, propiedad de "El chumbo" pastor de Sierra Magina, enseñando a su hija "morena", cachorrita con la típica mascara "cuatro ojos" y rabona, de 6 meses de edad. Ir a una zona señalada, volverse, empujar al ganado, pararse, volver a los pies... son las órdenes más sencillas que va aprendiendo. Observese como está atenta a la madre e imita todos sus pasos..

"Domingo", enseña a su hermana pequeña "sola", una cachorra marrón adolescente: esta intenta imitar todos sus pasos y a veces se le adelanta, observese cuando el pastor le ordena al macho "tumbate", "quieto ahi" etc, que es lo que más le cuesta hacer a la perra joven, frenarse. 

La misma perrita, pasado el tiempo ya es capaz de trabajar en solitario, ya se ha hecho de respetar entre el ganado, manejandolo ella sola perfectamente. Pero con 1 año todavía le cuestan mucho las ordenes que impliquen parar y detenerse, pues le puede su gran energia... el video está hecho en el mismo sitio de antes, observese como sabe donde ir solo mirando el gesto del brazo del pastor, y como se para de lejos y mira atenta, ejecutando órdenes a más de 100 metros.



Por todo ello, cuando un pastor encuentra un buen perro, sobrado de destreza para el trabajo, y tras una larga temporada de aprendizaje (que no deja de ser una inversión), pasa a ser sin duda la herramienta más valiosa de su negocio, de la cual depende sobremanera porque le ahorra mucho trabajo, y le cuidará como si fuese uno más de su familia, y tendrá acceso quizás a entrar en casa, a subir al coche, a mejor comida etc., desarrollando con él lazos emocionales que van más allá de lo puramente profesional. La conexión y la complicidad que se establecen entre los pastores y sus perros, fruto de este largo aprendizaje y el compartir largas jornadas de sufrido trabajo, se da pocas veces entre amos y perros en otros ámbitos.

 


Con todo, el carea es un verdadero profesional en su tarea y tiene aprendido su oficio sobremanera; a veces los pastores se prestan los perros entre ellos (por perder o tener enfermo el propio, para enseñar a un cachorro etc), y es tal la suficiencia y capacidad de adaptación de este perro, que muchos de ellos son capaces de trabajar con un amo distinto (aprendiendo rápidamente órdenes dadas con distinto vocabulario y los gestos corporales del nuevo pastor), e incluso hay perros que son capaces de guiar al ganado por su ruta diaria habitual (por ejemplo desde una dehesa a los establos) solos, sin ir el pastor, tal es la inteligencia y capacidad de un carea bien entrenado. 

VIGILANDO JUNTO A UNA CARRETERA NACIONAL



Así mismo los pastores distinguen entre perros de protección-guarda y perros de pastoreo. Suele ser común encontrar uno o dos careas, junto con uno o dos mastínes "ligeros", que suelen tambien acompañar al rebaño (no hace tanto se les colocaban al cuello carlancas de pinchos, para armarlos mejor en caso de pelea), ya que el mastín es el perro de guarda de ganado por excelencia en los rebaños de la peninsula, no solo por su fuerza y tamaño, sino sobre todo por su nobleza y celo en esta tarea, su caracter pacifico y tranquilo diurno pero vigilante por la noche. El pastor introduce al mastín desde pequeño con las ovejas, criándolo en medio de ellas, y aunque resulte extraño, el mastín llega a pensar que es uno mas de la familia, lo cual se explica porque hermanándose con ellas, cuando haya que cuidarlas y salga su instinto de protección será mucho más bravo defendiendolas, y asi mismo nunca jamás les hará daño, así se explica que el mastin se mueva con naturalidad entre ellas, como si fuera una oveja más, y estas acepten su cercania con naturalidad. Por el contrario, el carea se cría, vive y duerme aparte, porque tiene que ser psicológicamente fuerte y distinguirse frente a ellas, dominándolas e imponiéndose como eslabón de autoridad entre el amo y las ovejas. Su objetivo, al contrario que el Mastín, no es protegerlas, sino guiarlas según manda el pastor. Pensemos que no es extraño que a veces el ganado se revuelva intentado golpearlos, por eso el ganado debe respetar al carea, mantener una distancia con él. 

 


"Pedro", carea de Sierra Mágina, descansando con uno de sus compañeros mastines.



Aunque a priori esta distinción no parezca tener importancia, y quizás pudiéramos pensar que sería mejor que el carea también tuviese carácter para la defensa, en nuestra opinión si lo es por varias razones que distinguen al carea de otros pastores como el vasco o el catalán (o perros extranjeros como el pastor alemán), donde estos dos trabajos han convivido: si los pastores de esta media España donde decimos que está el carea desde hace siglos ya tenían un perro para guardar (el estupendo Mastin español), al seleccionar al carea es lógico que no se le exigieran cualidades de defensa y hostilidad con otros perros o personas, y quizás esto explica que sea un perro tan equilibrado y amistoso, y así mismo no se ha tratado de buscar un tamaño mas grande apto para guardar, con lo cual se mantiene un tamaño ideal para la agilidad y resistencia del trabajo de carear. Es por tanto un perro altamente especializado física y psicologicamente  para el pastoreo.

 



De estas notas y la descripción de sus destrezas y ambito de trabajo, podemos entender el carácter que se ha ido seleccionando del carea: perro trabajador, noble y leal, constante, equilibrado y tranquilo, de extremada inteligencia, con una psicología especializada en captar emociones, gestos corporales y ordenes verbales del pastor y ejecutarlas con exactitud, por lo cual recibirá la recompensa de su amo (su mayor satisfacción), por tanto con una inteligencia emocional superior a muchas razas, y a la par con la autoridad y firmeza necesarias para dominar el ganado.. es muy típica la imagen de un carea subido a piedras y altos desde los que vigilar al rebaño (en psicología canina la mayor autoridad correlaciona con una posición de más altura)

DESDE LAS ALTURAS, TODO ESTÁ A LA VISTA. Carea vigilando en una aldea de Sierra Segura en Albacete



Esta inteligencia emocional tan evolucionada, fruto de esos quizás cientos de años de convivencia, obediencia e interpretación del lenguaje, los gestos y el estado de ánimo de los humanos, le da una gran capacidad de adaptación a cualquier entorno social y familiar, siendo equilibrado, amistoso y cariñoso con sus dueños, nada agresivo (recordemos que no es un perro de guarda, y que además los perros agresivos o con tendencia “a pasarse” frente al ganado, no son valorados por los pastores y van siendo eliminados), capaz de pasear sin correa o vagabundear libre por los pueblos en sus ratos de ocio, por su gran diplomacia frente a otras personas o perros y su sentido de la responsabilidad y autonomía.